Otro año más, hemos visitado de nuevo este entrañable Club de Tiro Olímpico. Esta vez animados por el interés que algunos de sus socios que nos visitan de vez en cuando, reparten allí donde participan.

Nunca nos cansaremos de repetir la agradable experiencia que se vive cuando se visita este natural paraje que si uno es capaz de apreciar, nos regala aire puro y sensaciones de sosiego para , al menos, un mes.

Las banderas que ondean la entrada nos dan la bienvenida y una vez dentro la simpatía que todos sus componentes desprenden hace que cualquier visitante tenga la impresión de encontrarse en su casa.

La tirada, dirigida por el árbitro, se desarrolló dentro las más estrictas normas deportivas y sin ningún contratiempo ni problema, por lo que si a las 10:30 comenzó una hora más tarde había finalizado, dado que sólo se realizó una tanda y ésta era de sólo precisión

El almuerzo se pareció a "una comida de sobaquillo", cada uno puso encima de la mesa lo que había llevado celebrándose con inglesa puntualidad, el café lo regaló el Club por lo que pocas veces hemos recibido tanto por tan poco coste.

El Presidente del Club procedió a la entrega de Trofeos, donde nadie se quedó sin el suyo. Había donde elegir, un bote precioso de cristal lleno de aceitunas con pepinillos o si preferías una copa de trofeo.

Después un pequeño coloquio entre quienes aguantamos el tirón separó una tranquila mañana del regreso a nuestras casas.

Las fotos hablan de lo acontecido.